Bellojín: iglesia de los santos Cornelio y Cipriano


Nuestra ruta da un giro espectacular y continúa por la Ribera Alta de Álava, entre las salinas de Añana (la raíz del nombre, ya nos vuelve a traer a la memoria una referencia a la Diosa Madre) y el Parque Natural de Valderejo, perteneciente al concejo de Villamaderne. En realidad, y situado relativamente cerca de Pancorbo y esos imponentes Montes Obarenes, Bellojín acusa en la actualidad una preocupante falta de ocupación vecinal, reduciéndose ésta poco más o menos que a varias familias residentes, que viven, principalmente, de la agricultura y la ganadería. Se sabe, que el templo fue reformado en tiempos; reforma en la que se descubrió un pequeño ventanal en el muro, y en la que posiblemente se descubrieran también las pinturas que se sabe tiene en su ábside, aunque en nuestra visita, no nos fue posible acceder al interior. El pórtico principal, muy sencillo, conserva al menos un curioso capitel en el que se muestran dos elementos determinativos del conocimiento en la simbología medieval, aunque de naturaleza completamente opuesta: aves y serpientes enfrentadas, que de alguna manera, también podrían hacer referencia al telurismo propio del lugar. El otro capitel, así como el capitel del ventanal del ábside y aquél otro descubierto durante la mencionada reforma, muestran motivos foliáceos, abundantes y característicos de un arte como el románico, y quizás, significativamente abundante en el románico alavés. En el arco del pórtico se aprecia, así mismo, un motivo ajedrezado, tipo jaqués, que en absoluto difiere de otros muchos templos, siendo probable que hubiera estado policromado en tiempos.
De los canecillos que han sobrevivido, realmente pocos, llama la atención aquél que representa un rostro humano y alargado, de guerrero, al parecer, a juzgar por el casco o bonete con protección nasal que porta. Junto a él, un rostro más pequeño e indeterminado, que se encuentra en peores condiciones. Acompañan a éstos, una formidable cabeza monstruosa -cuya boca y labios semejan una serpiente, en la que se aprecian unos dientes afiladísimos- y también un curioso personaje, quizás incompleto, pero que, dada la posición de sus manos, bien pudiera hacer referencia al vicio en solitario del onanismo.


Por último, comentar el detalle, siempre a tener en cuenta, de que los santos gemelos suelen también verse frecuentemente relacionados con el Temple. Casualmente, es el caso de ésta pequeña iglesia rural de Bellojín, que se encuentra bajo la advocación de los santos Cornelio y Cipriano, y donde, según las tradiciones orales de la zona, existió un convento de templarios. Si fuera cierta esta afirmación, poco realmente es lo que ha sobrevivido y no parece tampoco suficiente como para establecer un hipotético paralelismo con los elementos de otros lugares que mantienen tradiciones similares, cuyos principales enemigos continúan siendo, incluso más que el tiempo, los propios hombres.

Comentarios

El Deme ha dicho que…
Hermosa iglesia de Bellojín. Siempre es curioso adivinar lo esculpido en los capitales y en los canecillos (porque muchas veces no se ve claramente por la destrucción del paso del tiempo) e intentar entender lo que nos querían transmitir. La decoración de las iglesias era, de algún modo, el cine del s.XII. Es curioso lo que dices de los santos gemelos. Hermanos hay muchos.
juancar347 ha dicho que…
Hola, Deme. No te falta razón: iglesias y catedrales estaban consideradas como las 'universidades' de la Edad Media. La gran mayoría del pueblo, incluidos nobles y muchos religiosos, eran analfabetos, de manera que no sería una estupidez considerar a los canteros, después de todo, como unos auténticos docentes. El mundo del símbolo era el que realmente imperaba en la práctica totalidad de las culturas y sociedades que nos precedieron. Por desgracia, ese sentido de interpretación se ha perdido casi por completo y muchas veces lo único que nos resta es especular con lo que, aparentemente vemos y de hecho, con lo que sentimos cuando nos plantamos ante un templo antiguo con la pretensión de que nos 'hable'. Por otra parte, lo de los santos gemelos y su relación con muchos edificios templarios o considerados como tales, no es nada vanal. Los lugares siempre mantienen una constante de relación (independientemente de que tenga o no que ver con el Temple) que nos permite ir hilvanando hipótesis. Te pongo por ejemplo Silos y ese estilo que lleva su nombre 'silense', que se aprecia en muchos edificios románicos, dentro y fuera de Castilla. Son pequeños artificios que tienden a sugerirnos corrientes, estilos, movimientos...que nos permitan, cuando menos, pensar que sabemos 'algo', pero que en muchas ocasiones no son sino chocolatinas para nuestro ego, que se crece cuando se le asocia la palabra culto. Como decía Sócrates: sólo sé que no sé nada. Bienvenido por estos barrios y un abrazo.

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